Sector secundario: qué es, subsectores y su importancia

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Si alguna vez te has preguntado cómo se transforma una materia prima en un producto final, esta entrada es para ti. Te contamos qué es el sector secundario, sus características y subsectores que lo conforman.

¿Qué es el sector secundario?

El sector secundario engloba todas las actividades económicas que implican la transformación de materias primas en productos elaborados o semielaborados.

Este sector es el encargado de agregar valor añadido a las materias primas, generando empleo y fomentando el avance tecnológico.

Características del sector secundario

El sector secundario se caracteriza por:

  1. Transformación de materias primas: es su principal función, las materias primas pasan por un proceso de manufactura para convertirse en productos con valor añadido.
  2. Uso intensivo de tecnología y maquinaria: este sector depende en gran medida de la tecnología para mejorar la eficiencia en los procesos y la calidad de los productos. Por ejemplo, las fábricas de automóviles utilizan robots para ensamblar vehículos.
  3. Dependencia de energía: la mayoría de las actividades del sector secundario requieren de una gran cantidad de energía, ya sea eléctrica, térmica o de combustibles fósiles.
  4. Generación de empleo: aunque cada vez más automatizado, sigue siendo una fuente importante de empleo, especialmente en áreas como la construcción o la fabricación.

Subsectores del sector secundario

El sector secundario se divide en varios subsectores, cada uno con sus propias características y funciones que describimos a continuación:

Industria manufacturera

Este subsector se centra en la fabricación de productos a partir de materias primas. Incluye la producción de bienes como ropa, electrodomésticos, vehículos y alimentos procesados, entre otros.

Ejemplo: las fábricas de chocolate utilizan cacao y azúcar como materias primas para producir las tabletas de chocolate que se venden en el supermercado.

Construcción

La construcción engloba la edificación de viviendas e infraestructuras como carreteras, puentes y edificios. Esta actividad es fundamental para el desarrollo de las ciudades y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes.

Ejemplo: las empresas de construcción de hospitales y escuelas.

Industria energética

Se encarga de la producción y la distribución de energía. Este subsector abarca desde la producción de electricidad en centrales térmicas, nucleares o hidroeléctricas, hasta la extracción de recursos como el petróleo o el gas natural. Sin olvidar la producción de energías renovables como la solar, eólica y geotérmica, que buscan reducir el impacto ambiental y diversificar las fuentes de energía.

Ejemplo: las centrales hidroeléctricas transforman la energía del agua en electricidad, la cual es posteriormente distribuida a hogares, fábricas y empresas.

Industria química

La industria química transforma materias primas en productos químicos esenciales para otros sectores como la agricultura, la medicina y la fabricación de plásticos.

Ejemplo: las fábricas que producen fertilizantes químicos que se usan para aumentar la productividad agrícola.

La importancia del sector secundario en la economía

El sector secundario juega un papel muy importante para el desarrollo económico de un país por varias razones:

En primer lugar, impulsa el crecimiento económico y fomenta la creación de cadenas de suministro. Es decir, la industria automovilística no solo produce vehículos, sino que crea cadenas de suministro que involucran a múltiples sectores como la minería (para la fabricación de piezas) o la industria química (para la producción de plásticos).

Además, es un motor de innovación y tecnología. Las industrias invierten en investigación y desarrollo (I+D) para mejorar la eficiencia de sus procesos, reducir costes y crear productos más innovadores; lo que a su vez impulsa el progreso de otros sectores económicos. Por ejemplo, los avances en la producción de energías renovables no solo están transformando la industria energética, sino que también reducen la dependencia a los combustibles fósiles, beneficiando al medio ambiente y a la economía global.

Por otro lado, supone la creación de empleo directo e indirecto. El empleo directo se da en las fábricas, plantas de producción y empresas de construcción, donde se requieren desde operarios y técnicos hasta ingenieros, e implica un factor importante de crecimiento de las regiones industriales.

Por tanto, un país con un sector secundario fuerte posee una economía más resiliente y menos vulnerable a las fluctuaciones del mercado de materias primas al no depender únicamente de la exportación de recursos naturales.