El novecentismo
El novecentismo surgió como respuesta a la insatisfacción con el estado de la literatura y el arte de la época, buscando una renovación estética y un acercamiento a las corrientes europeas contemporáneas. Los novecentistas se esforzaron por adoptar y adaptar las innovaciones y los estilos de la modernidad europea, lo cual los llevó a una búsqueda constante de una expresión artística pura y deshumanizada, alejada de las pasiones y las emociones que habían caracterizado al arte anterior.
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Qué es el novecentismo
El novecentismo, o Generación del 14, es un grupo de intelectuales, escritores y artistas españoles activos durante las primeras décadas del siglo XX, particularmente entre el estallido de la Primera Guerra Mundial y el comienzo de la Segunda República Española en 1931. Este movimiento literario y cultural surge como una evolución natural frente a la Generación del 98, distanciándose de la carga emocional y el enfoque en la decadencia nacional.
Los novecentistas se caracterizaron por su alta formación académica y su acceso a círculos intelectuales de gran influencia. Eran mayoritariamente burgueses, universitarios y se beneficiaron de la expansión de la educación superior y los viajes al extranjero, lo que les permitió entrar en contacto directo con las corrientes de pensamiento y los movimientos artísticos europeos. El novecentismo no solo buscaba una renovación estética y temática en la literatura y el arte, sino que también aspiraba a reformar la sociedad española a través de la introducción de ideas y modelos europeos que consideraban más avanzados y racionales.
En el campo de la literatura, el novecentismo se manifestó a través de una producción que privilegiaba la claridad, el orden y la precisión. Los novecentistas rechazaron el sentimentalismo y los excesos del Romanticismo y el Modernismo, optando en su lugar por un arte que pudiera ser apreciado por una «inmensa minoría», una élite cultural capaz de comprender y valorar las sutilezas de este nuevo enfoque.
Características del novecentismo
El novecentismo se distingue por una serie de características que lo diferencian claramente de otras corrientes literarias y artísticas del momento:
- Intelectualismo: Los novecentistas valoraban el pensamiento racional y la reflexión intelectual. Su literatura y arte se enfocaban en la exploración de ideas y conceptos, en contraposición a la expresión de sentimientos y emociones personales.
- Elitismo: El novecentismo estaba dirigido a una audiencia limitada, compuesta por individuos con un alto nivel de educación y una capacidad especial para apreciar las sutilezas del arte y la literatura. Esta visión elitista se reflejaba en el tono y el contenido de las obras, que a menudo requerían un conocimiento previo extenso para su plena comprensión.
- Despersonalización y deshumanización: En contraste con el Romanticismo y sus derivados, que ponían un gran énfasis en la subjetividad y la expresión personal intensa, el novecentismo buscaba eliminar la presencia del autor en la obra, aspirando a un arte más objetivo y universal.
- Formalismo y búsqueda de la perfección estética: Los novecentistas daban una importancia capital a la forma y la estructura en sus obras. Esto se traducía en un cuidado extremo por el estilo y la composición, con una tendencia a la experimentación formal y a la innovación en los géneros tradicionales.
- Europeización y cosmopolitismo: Los novecentistas aspiraban a superar el provincialismo percibido en la literatura española de épocas anteriores, abriéndose a influencias y corrientes de pensamiento de toda Europa. Este cosmopolitismo se manifestaba en la adopción de modelos literarios y filosóficos, principalmente franceses y alemanes, y en la traducción y difusión de obras extranjeras en España.
- Rechazo del sentimentalismo: La literatura novecentista evitaba el sentimentalismo y el dramatismo excesivo, en línea con su enfoque en la deshumanización y el intelectualismo.
Principales exponentes del novecentismo
El novecentismo contó con una serie de figuras clave que ayudaron a definir y propagar sus ideas y estéticas tanto en la literatura como en el pensamiento filosófico y cultural. Estos exponentes son los más destacados:
- José Ortega y Gasset: Filósofo y ensayista, Ortega y Gasset es quizás el intelectual más representativo del novecentismo. Su obra más influyente, «La deshumanización del arte» (1925), argumenta a favor de un arte que excluye lo sentimental y lo emotivo para centrarse en la pura contemplación estética. Sus ensayos y su labor como editor de la «Revista de Occidente» fueron cruciales para la difusión de las ideas novecentistas y vanguardistas en España.
- Juan Ramón Jiménez: Aunque a menudo asociado con la Generación del 27, Juan Ramón Jiménez es una figura central del novecentismo por su poesía pura y su búsqueda de la perfección formal. Obras como «Platero y yo» y «Diario de un poeta recién casado» reflejan su transición del modernismo al novecentismo, caracterizadas por su estilo depurado y su énfasis en la precisión y la claridad.
- Ramón Pérez de Ayala: Como novelista y ensayista, Pérez de Ayala fue otro importante representante del novecentismo. Sus novelas, como «Belarmino y Apolonio», muestran un uso ingenioso del lenguaje y una estructura narrativa innovadora, al tiempo que exploran temas de identidad y crítica social con un tono intelectual y desapasionado.
- Gabriel Miró: Reconocido por su prosa lírica y detallista, Miró es otro exponente notable del novecentismo. En obras como «Las cerezas del cementerio», utiliza un lenguaje exquisitamente elaborado para explorar las sensaciones y percepciones de sus personajes, alejándose del argumento tradicional y centrando la atención en la belleza del texto mismo.
- Antonio Marichalar: Aunque menos conocido, Marichalar fue un crítico literario y ensayista que jugó un papel significativo en la promoción del novecentismo y las vanguardias en España. Su labor como crítico ayudó a introducir y explicar las nuevas corrientes literarias y artísticas europeas al público español.
El novecentismo y las vanguardias
La relación entre el novecentismo y las vanguardias es una de complementariedad y transición, donde el primero sienta las bases intelectuales y estéticas para el surgimiento y desarrollo de las segundas.
Bases para las vanguardias
Los novecentistas propusieron una literatura y un arte que se alejaban de la sentimentalidad y el realismo exacerbados, buscando una expresión más pura y abstracta. Esta predisposición hacia la forma y la estructura, así como hacia un arte orientado hacia las minorías cultas, resonó con las preocupaciones vanguardistas, que también buscaban nuevas maneras de concebir y representar la realidad.
Diálogo y diferenciación
Mientras que el novecentismo mantenía ciertos lazos con la tradición literaria y artística, buscando una renovación desde dentro, las vanguardias optaban por una ruptura más radical. Sin embargo, esta ruptura no habría sido tan efectiva sin la labor previa de los novecentistas, quienes abrieron el debate sobre la necesidad de innovar y de repensar el arte y la literatura.
Figuras de transición
Algunas figuras del novecentismo, como José Ortega y Gasset, tuvieron un papel importante en la difusión de las ideas vanguardistas a través de sus escritos y sus actividades editoriales. La «Revista de Occidente», fundada por Ortega y Gasset, fue un medio esencial para la introducción y discusión de las vanguardias en España. Además, poetas como Juan Ramón Jiménez, aunque inicialmente más cercanos al novecentismo, evolucionaron hacia posturas que anticiparon o coincidieron con las vanguardias, especialmente en su búsqueda de una expresión más esencial y depurada.
Impacto y legado
El impacto de las vanguardias en la cultura española no puede entenderse sin reconocer el papel del novecentismo como precursor y facilitador de estas nuevas corrientes. El novecentismo contribuyó a crear una atmósfera de apertura intelectual y de crítica a las formas convencionales, lo cual fue esencial para que las propuestas más radicales de las vanguardias encontraran un terreno fértil. Su legado, por tanto, se encuentra tanto en la literatura y el arte que directamente influyó como en la forma en que facilitó la emergencia y la aceptación de las vanguardias en el contexto español.